viernes, 26 de febrero de 2016

Tiempo para ser padres.

Hace algunos años atrás al despertarme sonreía muy emocionado por todo lo que iba a hacer en ese día, como preparar el desayuno, trabajar, ir al gimnasio o hacer alguna actividad física, reunirme un momento con los amigos, sentarse a charlar con la familia o ver esa película que había comprado camino a casa, pero de un momento a otro ya eran las 10 de la noche, me preguntaba sorprendido, y créanme!!! Realmente sorprendido “¿Por qué no hay más horas en el día?” y lo acompañaba con el típico “Es que no me alcanza el tiempo para todo lo que quiero hacer”.

En esos años ya tenía mis hijos y como se han de imaginar o lo están viviendo esa maravillosa tarea es la que ocupa la mayor parte del día, porque es importante sentarse junto a ellos, preguntarles que tal su día en la escuela, charlar de sus juegos, hablarles de la vida, educar en valores, estas cosas que actualmente con la velocidad en que se vive no se alcanza a cumplir adecuadamente.

Ahora bien, en esta época llena de modernidad, de avance científicos, de grandes exigencias labores, profesionales y familiares nos planteamos la siguiente incógnita, ¿Cómo cumplimos en todas esas funciones de manera óptima? si laboralmente nos exigen cada día más y eso que existen profesiones que requieren mayor esfuerzo o dedicación que otras y por otro lado la familia con toda la transformacion que esta sufriendo; es difícil poder guiarnos con ejemplos de otras generaciones, porque no los hay, este es un problema reciente, nos toca a cada uno encontrar la mejor forma, manera o modo de poder sobrellevar esta situación.

Les contaré lo que estoy haciendo y hasta el momento me ha ido bien en el tiempo con la familia, no digo que sea la fórmula perfecta o la idea más revolucionaria del planeta, pero funciona.
Elaboremos horarios, costumbres, asignemos lugares, organicemos, planifiquemos; por ejemplo:

  • Elaboremos horarios, asignemos una hora específica para las comidas, para que los chicos hagan sus tareas, para que utilicen sus consolas de juegos o lo que decidan jugar, para darse una ducha, claro está que este horario no es una camisa de fuerza, pero nos permite saber quién va a hacer que cosa y el tiempo que se considere libre lo podemos aprovechar para compartir en familia.
  • Designemos días para la limpieza del hogar incluso esa tarea debe ser una actividad familiar;  a veces estamos pensando a cada momento en que hay que limpiar, lavar, trapear y ordenar; eso nos quita mucho tiempo, nos desgasta física y mentalmente, no digo que seamos desordenados hasta que llegue el momento de ordenar, pero pongamos las cosas en el lugar de donde las tomamos y no habrá que ordenar.
  • Miremos hacia nosotros mismos, al no tener horarios se nos hace tarde casi para todo, ya sea para ir al trabajo, para salir a una fiesta o hasta para irnos de paseo y como consecuencia de ello dejamos la ropa y nuestras cosas tirada por todas partes, es fácil, dejemos cada cosa en lugar de donde la tomamos.
  • Organicemos las salidas, planifiquemos con anticipación que día vamos a salir y a que, se pierde tiempo cuando justo estamos por salir y ponerse de acuerdo en ese momento a donde ir o donde comer, si nos organizamos hasta nos permite planificar la economía familiar.
  • Asignemos lugares a las cosas, un lugar de la ropa, los zapatos, los juguetes, los discos, las cosas de la cocina, las llaves, por dios las llaves!!! Si supieran lo que se pierde buscando las dichosas llaves. Asignando lugares sabremos exactamente donde están las cosas y así dejaremos de buscar.
  • Si tienen pareja o esposa(o), asignen días para compartir como tal, sin charlas de hijos, de escuela, de hipotecas, hablen de ustedes. No profundizo mucho aquí ya que lo haré en un siguiente post.
Como dije antes no es una fórmula perfecta, pero funciona, pueden irlo adaptando según sus costumbres, necesidades o sus actividades, pero esa organización nos va a permitir tener más tiempo para dedicarlo a la familia, compartir con ellos, jugar con ellos que es lo que está faltando mucho en estos días, tiempo para pasar tiempo de calidad con la familia.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Mujeres, ¿Equidad o justicia?

Caminando por las calles del centro me detuve a observar a una madre con sus dos hijos, tendrían aproximadamente 5 y 17 años, les daba a cada uno de ellos dos panes; lo primero que pensé fue, que bien es equitativa, demuestra que tiene igual trato para sus hijos, creo que la mayoría podría pensar lo mismo, pero analicemos un poco.

La madre dio la misma cantidad de panes a ambos hijos, fue equitativa, pero… ¿habrá sido lo justo? Cada uno de los chicos tiene diferentes necesidades, ya sean sociales, biológicas o por su edad mismo y cuerpo físico, entonces… ¿no es lo mismo equidad que justicia? 

La razón de esta introducción es más compleja, vemos en nuestro diario vivir como se exige el trato equitativo para las mujeres, algo que por cierto se han ganado con mucho esfuerzo a lo largo de la historia. 

Retrocedamos un poco, antes de la primera guerra mundial la mujer estuvo relegada a las tareas domésticas y una de sus principales funciones era la de acompañar al hombre en los compromisos sociales. La guerra movilizó a un sin número de hombres desde las fabricas a los terrenos de guerra, es aquí donde las mujeres fueron llamadas a asumir esas tareas, ya sea en fábricas, talleres o agricultura; tareas que no había estado a su disposición. 

Volvamos a la actualidad, éste y varios ejemplos más han permitido que la mujer tenga el espacio que actualmente tiene, claro está que esa guerra aún se sigue peleando, pero hay una marcada diferencia en comparación de años atrás, tanto así que existen mujeres en la política, en el deporte, o realizando tareas que solo podían ser realizadas por los hombres.

Quiero dejar claro que aunque se exija equidad, como criterio propio considero que lo primordial sería un trato justo, porque no siempre lo equitativo es justo pero en cambio lo justo casi siempre resulta mejor que lo equitativo, ya que no somos iguales hombres y mujeres, tenemos diferencias cromosómicas, hormonales, genitales y reproductivas, además de las características sexuales que son muy independiente de su biología, y por estas diferencias nuestras necesidades son muy distintas así que se debe distribuir de manera justa todos los recursos que existen en la sociedad, ya sean estos laborales, educacionales, legales, familiares, médicos o de trato; y con igualdad el acceso a los servicios o participación en los ámbitos sociales, económicos, políticos y cultural.


Así que actuemos con justicia usted y yo, por algo su estructura es delicada como una flor, cedamos el asiento, el puesto en la fila del banco, abrámosle las puerta, llevémosle las fundas del supermercado, démosle un trato justo y pongamos a su disposición las mismas oportunidades que tenemos los hombres.