miércoles, 24 de febrero de 2016

Mujeres, ¿Equidad o justicia?

Caminando por las calles del centro me detuve a observar a una madre con sus dos hijos, tendrían aproximadamente 5 y 17 años, les daba a cada uno de ellos dos panes; lo primero que pensé fue, que bien es equitativa, demuestra que tiene igual trato para sus hijos, creo que la mayoría podría pensar lo mismo, pero analicemos un poco.

La madre dio la misma cantidad de panes a ambos hijos, fue equitativa, pero… ¿habrá sido lo justo? Cada uno de los chicos tiene diferentes necesidades, ya sean sociales, biológicas o por su edad mismo y cuerpo físico, entonces… ¿no es lo mismo equidad que justicia? 

La razón de esta introducción es más compleja, vemos en nuestro diario vivir como se exige el trato equitativo para las mujeres, algo que por cierto se han ganado con mucho esfuerzo a lo largo de la historia. 

Retrocedamos un poco, antes de la primera guerra mundial la mujer estuvo relegada a las tareas domésticas y una de sus principales funciones era la de acompañar al hombre en los compromisos sociales. La guerra movilizó a un sin número de hombres desde las fabricas a los terrenos de guerra, es aquí donde las mujeres fueron llamadas a asumir esas tareas, ya sea en fábricas, talleres o agricultura; tareas que no había estado a su disposición. 

Volvamos a la actualidad, éste y varios ejemplos más han permitido que la mujer tenga el espacio que actualmente tiene, claro está que esa guerra aún se sigue peleando, pero hay una marcada diferencia en comparación de años atrás, tanto así que existen mujeres en la política, en el deporte, o realizando tareas que solo podían ser realizadas por los hombres.

Quiero dejar claro que aunque se exija equidad, como criterio propio considero que lo primordial sería un trato justo, porque no siempre lo equitativo es justo pero en cambio lo justo casi siempre resulta mejor que lo equitativo, ya que no somos iguales hombres y mujeres, tenemos diferencias cromosómicas, hormonales, genitales y reproductivas, además de las características sexuales que son muy independiente de su biología, y por estas diferencias nuestras necesidades son muy distintas así que se debe distribuir de manera justa todos los recursos que existen en la sociedad, ya sean estos laborales, educacionales, legales, familiares, médicos o de trato; y con igualdad el acceso a los servicios o participación en los ámbitos sociales, económicos, políticos y cultural.


Así que actuemos con justicia usted y yo, por algo su estructura es delicada como una flor, cedamos el asiento, el puesto en la fila del banco, abrámosle las puerta, llevémosle las fundas del supermercado, démosle un trato justo y pongamos a su disposición las mismas oportunidades que tenemos los hombres.

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